La teoría de las “ventanas rotas” parte de un experimento que realizó el psicólogo Philip Zimbardo en el año 1969, en la universidad de Stanford, y que consistía en abandonar dos coches de las mismas características en dos barrios diferentes, uno se abandonó en el barrio del Bronx, que en esa fecha era un barrio marginal y conflictivo de la ciudad de Nueva York, y el otro, en Palo Alto, una zona rica y tranquila de California. A las pocas horas, el coche del Bronx comenzó a ser desguazado totalmente, lo que era de valor, se lo llevaron, y lo que no, lo destrozaron por completo. Sin embargo, el coche de Palo Alto, pasaban los días, y permanecía intacto, hasta que los investigadores decidieron romper uno de sus cristales, y el proceso de vandalización sufrido por el vehículo del Bronx, comenzó con la misma intensidad e idéntico resultado.
Más tarde, James Wilson y George Kelling fueron los que elaboraron la teoría de las ventanas rotas, si se deja una ventana rota en un edificio, poco a poco irán apareciendo más, ya que se envía un mensaje de que no hay nadie que se preocupe por ello, de falta de normas, de ley, y se van rompiendo las normas de convivencia. Es lo mismo que sucede con los grafitis, si en un muro en blanco aparece una pintada, no tardará en llenarse todo el muro, las heces y orines en la vía pública de las mascotas, etc….
Esta teoría se puede aplicar a multitud de ámbitos de nuestra vida y escenarios diferentes, desde el ámbito laboral, al de nuestras relaciones sociales, a nuestro propio cuidado personal etc, o en el ámbito urbanístico, y en concreto, el del acceso sur de Alicante, que es el que queremos analizar a continuación.
Quizás la teoría de las ventanas rotas explique un poco las razones por las que el acceso sur de Alicante se encuentra en un estado tan lamentable de abandono y falta de inversiones. Las ruinas perennes, cada vez más degradadas, en planes parciales pendientes de desarrollo desde su aprobación, hace ya varias décadas, multitud de alcorques vacíos, donde antes había árboles, falta absoluta de servicios y dotaciones municipales en solares vacíos y sin uso desde hace más de 30 años, carreteras donde debía haber zonas verdes, vías de tren abandonadas en terrenos llenos de maleza, basura y con infraviviendas de indigentes, parques inaccesibles, como el Parque del Mar, edificios protegidos a medio derruir, como parte de la antigua estación de Benalúa y edificios anexos, grafittis por todas partes, falta de transporte público, playas cerradas al baño, fachada marítima “secuestrada” por una obsoleta vía de tren, y un largo etc, En fin, una estampa completamente tercermundista, a la que por desgracia, parece que la mayoría de nuestros dirigentes y l@s propi@s alicantin@s parecen haberse acostumbrado.
La miseria llama a la miseria, igual que la basura a la basura, y es por eso, que resulta tan fácil, que una zona o incluso una ciudad entera, pase de ser, como siempre dicen para el acceso sur, es una zona con un enorme potencial, a una zona o una ciudad degradada y mediocre.
El progreso de una zona o de una ciudad, no “cae por su propio peso”, como algunos ingenuamente puedan creer, más bien es todo lo contrario, y más en zonas, ciudades y Comunidades infrafinanciadas, como lo son La Comunidad Valenciana, la ciudad de Alicante y el acceso sur de Alicante, siendo este último “el pobre entre los pobres”. El progreso de un entorno es un trabajo duro que equivale a mover un coche en una rampa, o aceleras, o te vas para abajo, y en el acceso sur de Alicante tenemos que acelerar, y acelerar mucho, pues el coche, cada día está peor, y le quedan menos piezas. Hay mucho tiempo que recuperar, ya se han perdido demasiados trenes y costes de oportunidades en esta parte de la ciudad, y lo que es peor, la parte emocional, cada vez conozco más gente que se ha hecho mayor o se ha muerto esperando que ese potencial del acceso sur sea algún día una realidad y no meros “tiros al aire”, que no llegaron nunca a materializarse en nada concreto.
Despertemos de una vez en esta ciudad, trabajemos juntos, ciudadanos y políticos, y dejemos de poner la zancadilla al contrario, se necesita mucha energía para conseguir que las cosas no se estanquen, y no podemos permitirnos el lujo de malgastarla en luchas estériles.
Desde la Asociación Parque del Mar, trabajamos y trabajaremos para que se arreglen las “ventanas rotas” del acceso sur de Alicante, son muchas y llevan demasiados años rotas esperando que alguien venga a repararlas.